La sal es el condimento más utilizado en nuestra cocina, si no ponemos sal siempre decimos que la comida es “sosa”. Pero también siempre hemos oído que comer mucha sal no es bueno para la salud, entonces nos podemos preguntar que tenemos que hacer. La sal tal i como nos sale de la naturaleza es buena, e incluso necesaria, para nuestra salud, el problema viene en el proceso de extracción y en el tratamiento que se le hace para después venderla.  Si la sal es muy fina y refinada como la conocida sal de mesa es cuando empieza a ser perjudicial.

Entonces, ¿qué debemos hacer? Pues tomar sal en su justa medida y que no sea refinada porque nuestro organismo lo necesita. Es bueno para fortalecer los músculos, mejora la salud cardiovascular y el rendimiento cerebral, nos aporta magnesio y evita la retención de líquidos.

Actualmente en el mercado encontramos un sinfín de sales de diferentes partes del mundo, de diferentes colores y texturas y, probablemente ya no sabemos cuál elegir. Aunque todas son básicamente lo mismo, cloruro de sodio NaCl, su origen y su método de extracción las hacen distintas.

Hemos hecho una selección de las mejores sales de la marca Regional Co. Y veremos las diferencias y sabremos para que usarlas.

Sal Rosa del Himalaya: se extrae de las minas de Punjab (India) o Paquistán, y debe su color rosado a su contenido mineral. Su sabor es sutil y rica en minerales como el magnesio, el calcio, el potasio y el hierro. Utilízala en tus platos recién molida tanto al principio como al momento de comer. Es, quizá, la sal que mejor nos va para nuestro día a día.

Sal Rosa de Hawai: se forma con sedimentos de arcilla volcánica de los pozos formados por los ríos de la isla de Hawai con el mar. Delicado color rosáceo y un delicioso sabor a nuez. Es difícil de encontrar, cosa que la hace muy especial y exclusiva. Visualmente es muy atractiva y llenará tus platos de color.

Sal Azul de Persia: El color azul de esta sal iraní es debido al mineral de potasio llamado silvinitas exclusivamente presentes en sales de tipo Halita. Generalmente conocida de color rosa, encontrarla en color azul es extremadamente raro. El mineral crudo de montañas iraníes es rico en calcio, magnesio, hierro y potasio. Cada año, pocas toneladas de esta sal son extraídas, por lo es considerada como una sal muy valiosa y única en el mundo. Es una sal muy seca, con notas fuertes a limón. Es perfecto para carpaccio y pescados.

Perla de Sal de Namibia: es una sal poco conocida, sorprende por su forma y textura mas bien dura. Se recolecta a lo largo de ala costa del país africano donde el desierto más antiguo del mundo se encuentra con las frías aguas del Océano Atlántico. Son como pequeños caramelos salados con los que vas a sorprender a tus invitados

Sal dulce de Utah: procede de las minas de Bonneville en Salt Lake City en el estado de Utah (Estados Unidos), es una de las mayores fuentes de sal del continente norteamericano y su sal se extrae por evaporación del agua del lago. Es de color rosado con granos de color café de aspecto cristalino, tiene un regusto dulce y no tiene olor, es ideal para sándwiches, sopas y salsas.

Sal del desierto de Kalahari: Kalahari significa literalmente «lugar sin agua». Sin embargo, hace 280 millones de años, este desierto contaba con un lago salino, el Makgadikgadi, el cual ha desaparecido para dar paso a un desierto de sal. Recolectada a mano en este lago salino subterráneo natural, ahora seco, del desierto del Kalahari en Sudáfrica, esta sal se extrae de las profundidades de la tierra y se deja secar al sol. Al morder esta sal, un mar de notas yodadas invade el paladar, como si estuviéramos mordiendo el océano. Intensa, pero nada agresiva, deja en boca una sensación larga y muy agradable. Ideal para condimentar verduras, pescados delicados y carnes blancas.

Hasta aquí nuestro tour por sales de diferentes partes del mundo, muy iguales, pero a la vez cada una tiene sus notas de sabor y color y textura diferentes. ¿Te atreves a probarlas?

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